01 junio 2011


Una sonrisa tuya se interpuso en mi camino, una risa, un suspiro y ya era tuya, me prometiste amor eterno, algo imposible en estos tiempos locos, entre susurros me dijeses en te quiero, yo me lo creí, tonta de mi creí todas tus promesas.

Una risa tuya me alegraba el día, ese sonido, al escucharlo simplemente ya era feliz.

Pero luego vino la tormenta, todo lo que me prometiste, también se lo prometiste a ella, otra chica tonta que caía rendida a tus pies.

Pase horas y días sentada en la cama, llorando por tus falsas promesas, tus inocentes besos, añoraba ese sentimiento de nostalgia al no estar cerca de ti, creía que no iba a poder querer a alguien otra vez, hasta que la tormenta en mi corazón amainó.

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